(Carlos Leal Roel)
¿Pues no es acaso el Recuerdo de Al-lah con lo que se tranquilizan los corazones?
(Corán, 13:28)
Pido permiso Allah (Subhana Ala wa Ta`ala) -para escribir estas líneas y ruego Allah Su Luz y Guía, para que El mueva la mano que sostiene la pluma mientras escribo estas palabras que salen de mi corazón con el permiso de Él, porque en ese caso ni siquiera pudiera escribir la letra “a”. Toda alabanza es para Allah, Señor y Sustentador de los Universos visibles e invisibles y la Paz y Bendiciones de Al-ah sean para su Profeta Muhammad. (s.a.s.) Pido perdón Allah, por mi atrevimiento al intentar escribir temas sobre los cuales solo veo el reflejo y la refracción y pido perdón por mis errores derivados de mi limitada comprensión.
El Recuerdo o Remembranza de Allah (Dhikr o Zikr) es el trabajo central de las escuelas sufís. Segùn el diccionario de la Academia de la Lengua Española dice que Recordar viene del latín recordari, y que en algunos lugares significa despertar; dejar de dormir y volver a pasar por el corazón, traer a la memoria algo y hacer presente a alguien.
“Nunca dejes de recordar a Dios, ya que acordarse de Él da al ave del espíritu fuerza, plumas y alas”
Mevlana
Pues bien, la Remembranza o Recuerdo de Allah, debe significar para nosotros traer a nuestra memoria Allah, el tenerLo presente en nuestro corazón, así como despertar en el corazón Su Presencia y los Nombres de los atributos divinos gravados en la tabla sagrada del corazón desde la creación del alma; asimismo, es dejar de dormir al mundo de las ilusiones y del egoísmo, ese dejar de dormir es volver a vivir en el corazón (re-cordari) y estar despierto a la Realidad.
Dice el sufí y poeta Hafez: “¡Oh Tu cuyo Nombre es una curación!”. En el Nombre de Allah están contenidos todos los nombres y atributos divinos, únicamente con la sola Remembranza constante y amorosa de Su Divino Nombre, tendríamos por la Gracia de Dios, el remedio para todos nuestros males espirituales y físicos.
La Remembranza de Allah, es el trabajo esencial y la columna vertebral de los trabajos y enseñanza de las escuelas sufís. Dentro del Islam la más elevada Remembranza es la recitación del Sagrado Corán (es importante, mencionar que la también se le llama el Recuerdo de Dios). El Zikr como dice Mevlana son las “alas del espíritu” que nos permitirán volar, es el alimento del alma y la medicina del corazón, “con lo que se tranquilizan los corazones”.
El libro Sagrado del Corán, sobre la Remembranza de Allah nos dice:
… Recuerda a Allah, de pie, sentado o acostado (Sura 4, 105).
Recuerda a tu Señor y dedícate a Él, el Único Merecedor de ser consagrado…(Sura 73, 25)
Recuerda a tu Señor de día y de noche…(Sura 76,25).
Recuerda a tu Señor más y más y alabaLe al amanecer y en el ocaso. (Sura3, 41).
La Remembranza de Allah debería ser la principal actividad de nuestra vida; deberíamos procurarla a todo momento y en todas circunstancias consagrarnos a El mediante Su Recuerdo. Se nos indica también dos momentos especiales el amanecer y el ocaso, que en muchas tradiciones se consideran que son dos momentos cuando se abren las puertas celestiales o de la Realidad.
Dice Mevlana: “¿Hay algo más dulce que el Recuerdo del Amigo? ¡Oye no te quedes ahí sentado como holgazán! ¡Invócalo!” Realmente cuando realizamos el Zikr como un diálogo amoroso y un regalo de Dios – porque el zikr como dice el Sheij Nurbarkshs “es producto de la Bondad Divina, cuya semilla es plantada por Allah en el corazón de su siervo, y su fruto es el continuo Recuerdo del Amado” -; decíamos que cuando realmente hacemos el zikr con amor, nuestro corazón se endulza y se tranquiliza, nuestro ser se estremece y se vuelve un deleite, danzamos en espiral en unísono con el universo. Cuantas veces por cansancio o por otro tipo de situaciones dejamos de Recordar al Sustentador; y habría que preguntarnos ¿Se nos olvida comer, tomar agua o dormir? Entonces porqué se nos olvida tomar de esa fuente inagotable del Recuerdo de Al-lah que es Agua de Vida.
Sin embargo, este regalo divino, en nuestra inconsciencia y somnolencia lo abandonamos, a veces por flojera y la mayor parte de la veces porque el mundo con sus ilusiones, atractivos, así como nuestros sueños, actividades y preocupaciones, ocupan el lugar protagónico en nuestra teatro de la vida y se nos olvida el Gran Director de la Obra que está detrás del telón. Dice el Sheij Nurbarkshs: “…el zikr representa la absoluta atención en Dios, mientras que se olvida todo lo que no es El”.
Sé nos ha dicho en las sagradas escrituras “Amaras a Dios sobre todas las cosas” y parafraseando al Sagrado Corán que dice que los verdaderos creyentes son aquellos que ni el comprar y el vender los distrae del Recuerdo de Dios, debiéramos procurar ser constantes en Recordar a Allah sin importa nuestras actividades, como en el Sema (La danza de los derviches), con un pie en este mundo y el otro en el cielo y el corazón en la constante Remembranza de Al-lah.
Hablando del Sema, la danza de los derviches, que también es un zikr en movimiento, dice Mevlana: “El Amor es lo que hace girar el molino de los cielos, no el agua; es el Amor que hace que la luna avance, no los pies. Con el Recuerdo, el molino de los espíritus comienza a girar en el agua de los ojos. El Recuerdo es el lazo de unión con el Amado, ¡Guarda Silencio, la locura ha comenzado hervir!”. El Zirk debe hacer girar nuestro corazón, nuestra vida y cada célula, así como cada átomo de nuestro ser, como el sistema solar y el universo que giran en torno a Allah en eterna y constante Remembranza y Alabanza. El combustible para ese giro universal alrededor de nuestro Amado es el Amor.
La primicia para hacer el zikr es el amor y el lazo de unión es la Remembranza amorosa del Amado. Ese lazo es más bien una cuerda que Allah nos arroja para que podamos salir del pozo oscuro del egoísmo y de las ilusiones, como dice Mevlana. “Estar separado es como un pozo, Recordarle como la cuerda”. Recordemos la historia de José El Soñador, el José de Egipto, como fue arrojado al pozo oscuro por sus hermanos (el ego y las características negativas arrojan al Ser en la oscuridad) y sale del pozo mediante la cuerda del Recuerdo y es rescatado por unos caravaneros. Dice Mevlana: “nuestra caravana no es desesperanza”.
También es importante recordar que nuestro trabajo interior consiste en la purificación del ser de las características egoístas. Se nos ha dicho que para poder verLo es necesaria la purificación del corazón. Es pues a través de la Remembranza que se purifica las partes burdas, se iluminan las partes oscuras del ser y se pule el espejo del corazón. Dice Mevlana: “Al sacar tierra poco a poco, día tras día, llegarás a dar por fin, con el agua pura”. Y también nos señala que: “Los sufís pulen el corazón con la Remembranza y la Meditación, de manera que el espejo del corazón pueda recibir imágenes de la dimensión no visible”. Por consecuencia, en las órdenes sufíes la principal arma y escudo en la guerra santa contra las características negativas del ego es el Recuerdo de Allah; si lo dejamos, el enemigo ganará terreno; si somos perseverantes y con la ayuda de Allah, saldremos victoriosos. De hecho, con el zirk de “La illaha ill Allah”, cumplimos tres trabajos importantes, a saber: el primero de ellos, es colocar a Allah encima todas la cosas; el segundo, es la purificación, que consiste vaciar y limpiar nuestro corazón y el ser de las partes negativas del nafs o del egoísmo, vaciarnos de todo aquello que no es Allah, y el último, es de Presencia, colocar a Allah en el Centro de nuestra vida, porque nada es y nada existe, sólo Allah.
El Zirk es como el agua del oasis de la caravana de los aquellos que realizan su peregrinación por la dunya (el mundo de ilusiones y las apariencias) para no morir de sed y podré estar despiertos en el camino de regreso a la casa celestial. Se debiera estar permanentemente en la Estación del Recuerdo de Allah, ya sea en voz alta o inaudible desde el corazón, de pie, sentados o acostados. Cada acción que realizamos debiera ser una Remembranza a nuestro Sustentador. Como dice el Profeta Muhammad (s.a.w.- La paz y bendiciones de Allah sean con él): “Recuerda a Allah constantemente en tu interior”. Pidamos a Allah ese regalo divino del Recuerdo, oremos como dice la tradición profética. “¡Oh Señor! Vacía mi corazón por Tu amor, y lléname con Tu Recuerdo”.
En el Recuerdo de Allah, en esencia es Allah el que se recuerda así mismo a través de nosotros. Porque dice la tradición profética: “Yo era un tesoro escondido, y quise ser conocido”. Porque es a través de nuestro Recuerdo que El se Recuerda; es a través de de que nos conocemos a nosotros mismos, que El se reconoce, porque la separación solo es un velo producto del ego.
Cuando el ser se encuentra en la continua Remembranza de Allah, su estado es tal y como lo describe Allah a través de Su Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), y que dice:
El hombre es Mi secreto y Yo soy su secreto. El conocimiento
interior de la esencia espiritual (`’ilm al-b tin’) es un secreto
de Mis secretos. Únicamente Yo pongo esto en el corazón de Mi
fiel servidor, y nadie puede saber su estado, que no sea Yo.
y:
Yo soy como Mi servidor Me conoce. Cuando él Me busca y Me
recuerda, Yo estoy con él. Si él Me busca interiormente, Yo le
busco a El, con Mi Esencia. Si él Me recuerda y Me menciona en
buena compañía, Yo le recuerdo y lo declaro como Mi buen servidor
en mejor compañía.
Pudiera continuar escribiendo más sobre este tema, sin embargo es inagotable, pero para entender el Zirk hay que vivirlo con todo nuestro ser. Volvámonos como las aves que cantan constantemente en alabanza y en Recuerdo a A-lah.
Quisiera terminar este apartado con las siguientes palabras de Mevlana:
“Bebe en esta Luz ¡Oh Alma!
Que pronto podrás contemplar
Aquella pura Luz luminosa
Y brillante que ahora está oculta.
Y volar por el cielo,
Radiante como una estrella,
No por la estratosfera,
Incondicionado, unido al cielo,
Más allá de la gravedad de la tierra,
Hacia el brillante Sol”.