EL LAMENTO DEL ALMA

Bismillah Ar-Rahman Ar-Rahim

En el Nombre de Allah, El Clementísimo, El Misericordioso

 

(Carlos Leal Roel)

 

EL LAMENTO DEL ALMA

Con el propósito de continuar comentado la obra del gran maestro sufí Jelaluddin Mevlana Rumi, en esta ocasión comentaremos del libro primero del Masnavi, de su famoso poema conocido el “Lamento de la Flauta de Caña”, que encierra en sí la esencia del estado del ser interior, del trabajo interior y del mismo Masnavi.

Antes de expresar algunas breves consideraciones de este poema, que es un océano de sabiduría, permítame amable lector reproducirlo íntegramente para aquellos que no ha tenido la oportunidad de conocerlo y quieran sumergirse en el inmenso océano del conocimiento. Quiera Dios sea usted, un buen buceador.

 

El Lamento de la Flauta

 

Escucha la flauta de caña, cómo se queja, 

Lamentando su destierro del hogar: 

“Desde que me arrancaron de mi casa de mimbre, 

Mis lastimeras notas han hecho llorar a hombres y mujeres. 

Reventé mi pecho, esforzándome por desahogar los suspiros, 

Y expresar los dolores súbitos de mi anhelo por mi hogar.

 

Quien mora lejos de su hogar

Anhela siempre el día de su regreso. 

Mi lamento se oye en todas las multitudes, 

A coro con aquellos que se regocijan y aquellos que lloran. 

Cada uno interpreta mis notas en armonía con sus propios sentimientos, 

Pero ninguno desentraña los secretos de mi corazón. 

Mis secretos no son ajenos a mis notas lastimeras, 

Sin embargo no se manifiestan al ojo y al oído sensual.

 

El cuerpo no está velado del alma, tampoco el alma del cuerpo, 

Sin embargo ningún hombre ha visto nunca un alma”.

El lamento de la flauta es fuego, no mero aire. 

¡Dejad que quien carezca de este fuego se considerado muerto! 

Es el fuego del amor lo que inspira a la flauta,  

Es el fermento del amor lo que posee el vino. 

La flauta es confidente de los amantes desdichados; 

Sí, sus compases ponen al descubierto mis más íntimos secretos. 

¿Quién ha visto un veneno y un antídoto como la flauta? 

¿Quién ha visto un confortador compasivo como la flauta?

 

La flauta cuenta la historia del sendero ensangrentado del amor, 

Cuenta la historia de las penas del amor de Majnu (Loco de Amor). 

Nadie está privado de estos secretos salvo el demente, 

Mientras la oreja se inclina a los susurros de la lengua. 

A través del dolor mis días son trabajo y tristeza, 

Mis días pasan, mano a mano con la angustia. 

Sin embargo, aunque mis días así se desvanezcan, no importa, 

¡Tú permaneces, Oh Incomparable y Puro!  

Pero aquellos que no son peces pronto se cansan del agua; 

Y quienes no tienen el pan diario encuentran el día muy largo; 

Así pues el “Crudo” no comprende el estado del “Maduro”;

 

Por ello me incumbe acortar mi discurso. 

¡Levántate, Oh hijo! ¡Rompe las cadenas y sé libre! 

¿Hasta cuándo estarás cautivo de la plata y el oro? 

Aunque viertas el océano en tu cántaro, 

Este no puede contener más que la reserva de un día. 

El cántaro de deseo de los codiciosos nunca se llena, 

La concha de ostra no se llena con perlas hasta que está contenta;

 

Solo aquél cuyas ropas han sido desgarradas por la violencia del Amor

Está completamente puro de la codicia y el pecado. 

¡Hola a ti, pues, Oh Amor, dulce locura! 

¡Tú que curas todas nuestras enfermedades! 

¡Qué eres el médico de nuestro orgullo y vanidad! 

¡Qué eres nuestro Platón y nuestro Galeno! 

¡El amor exalta a nuestros cuerpos terrenales hasta el paraíso. 

Y hace que las mismas colinas salten de alegría! 

¡Oh amante!, fue el amor lo que dio vida al Monte Sinaí, 

Cuando “tembló y se puso a danzar”, y Moisés cayó desmayado.” 

Sólo que el Amado me tocara con sus labios, 

Yo también, como la flauta, estallaría en melodía. 

Pero el que se aparta de aquellos que hablan su lengua, 

Aunque posea un centenar de voces, está forzosamente mudo. 

Cuando la rosa se ha marchitado y el jardín está seco, 

La canción del ruiseñor ya no se oye.

 

El Amado es todo en todo, el amante sólo Le vela;  

El Amado es todo lo que vive, el amante una cosa muerta. 

Cuando el amante ya no siente la viveza del Amor, 

Se vuelve como un pájaro que ha perdido sus alas. ¡Ay! 

¿Cómo puedo conservar mi juicio 

Cuando el Amado no muestra la luz de Su rostro? 

El Amor desea que este secreto sea revelado, 

Porque si un espejo no refleja, ¿de qué sirve? 

¿Sabes tú por qué no refleja tu espejo? 

Porque no ha sido limpiado el hollín de su superficie. 

Si estuviera purificado de todo hollín y suciedad, 

Reflejaría el brillo del Sol de Dios. 

¡Oh amigos!, ahora ya habéis oído este cuento,

Que expone la misma esencia de mi caso.

 

En este bello poema Mevlana nos habla y nos dice “Más yo suspiro entre toda compañía”. Decían los sabios mayas, y perdón por mezclar esta tradición, que en esencia todas las tradiciones tiene su origen en la misma fuente; pues, decían los sabios mayas, refiriéndose a Dios como: “Aquel cuyo nombre se dice suspirando”. Es así, como siento que Mevlana nos invita a reunirnos en el Recuerdo de Dios con, aquellos que se encuentran “corazón desgarrado por la ruptura”, y en compañía o a solas, hagamos del Recuerdo Amoroso de Allah (Dhikr.- La Remembranza de Dios) con suspiro, con nuestro aliento en conexión con Su Aliento y con anhelo, repitamos sin cesar el Nombre Divino de Allah, Allah, Allah.

Mevlana comienza el poema citado de la forma siguiente: “Escucha la flauta de caña, cómo se queja, lamentando su destierro del hogar: Desde que me arrancaron de mi casa de mimbre.” Lo primero que se nos dice es “escucha”, y es decir está atento, se consciente, porqué siempre Allah nos está hablando de muchas formas y el Conocimiento siempre se está expresando, pero estamos dormidos en el sueño ilusorio del mundo y sordos hacia la vida interior.

El alma representa la flauta, que se encontraba en cañaveral ó en el reino de las almas, y descendió al mundo material y fenomenal, a efecto de cumplir su pacto (Pacto de Alast), en la cual les preguntó su Señor “¿Acaso no Soy Yo tú Señor?” Y las alamas contestaron al unísono: “Sí”; a lo cual su Señor les dijo: “Entonces descended” y descendieron al mundo fenomenal y de la matera, fueron arrancadas de su casa celestial.

Continua Mevlana y dice: “Mis lastimeras notas han hecho llorar a hombres y mujeres. Reventé mi pecho, esforzándome por desahogar los suspiros, Y expresar los dolores súbitos de mi anhelo por mi hogar”. El verdadero sufrimiento del ser, es más todo dolor y sufrimiento proviene de nuestra separación con lo Divino; sufrimos porque nos sentimos separados del Todo; nos sentimos muy particulares, diferentes a un árbol, a un animal, a una estrella; diferentes a la naturaleza, cuando somos parte de un Todo y una Unidad, y separación producto del sueño al que entramos al descender a este mundo, es consecuencia de nuestros sufrimientos, dolores y tristeza.

Nos dice Rumi en el citado poema: “Quien mora lejos de su hogar, anhela siempre el día de su regreso”. La premisa para el recuentro y el retorno, es el anhelo (anhelo, es el deseo vehemente), pero realmente habría que preguntarnos con sinceridad qué cosas son las que anhelamos; probablemente encontraremos que el Anhelo por Dios ocupe el segundo lugar, o bien quizá ni siquiera figura en nuestra vida.

“Mi lamento se oye en todas las multitudes, a coro con aquellos que se regocijan y aquellos que lloran. Cada uno interpreta mis notas en armonía con sus propios sentimientos, Pero ninguno desentraña los secretos de mi corazón. Mis secretos no son ajenos a mis notas lastimeras, Sin embargo no se manifiestan al ojo y al oído sensual”. En estas palabras magistrales de Mevlana, nos enseña también como la raíz de nuestros sufrimientos se encuentra en nuestro corazón interior; y obedecen al anhelo del alma de retornar a la Casa Celestial, pero dicho secreto esta velado para los que se encuentran dormidos para el mundo interior.

Continua Mevlana y dice: “El lamento de la flauta es fuego, no mero aire. ¡Dejad que quien carezca de este fuego se considerado muerto!” Porque el fuego es el amor que hace posible el anhelo; esa llama ardiente que está en el corazón y mediante la cual la flauta del alma produce sus melodías de amor a su Amado, quien no ama no anhela el encuentro con su Amado, quien no ama está muerto. Dice Mevlana: “Es el fuego del amor lo que inspira a la flauta, es el fermento del amor lo que posee el vino. La flauta es confidente de los amantes desdichados; sí, sus compases ponen al descubierto mis más íntimos secretos”. Porque el fuego del amor hace posible entender esos secretos íntimos, esas palabras de amor de la intimidad del Amado y Su amante, donde “Tú eres Mi secreto, Yo Soy tú Misterio”.

También Mevlana relata que “La flauta cuenta la historia del sendero ensangrentado del amor, cuenta la historia de las penas del amor de Majnu (Loco de Amor). Nadie está privado de estos secretos salvo el demente”; para aquellos que no están familiarizados en la historia de Layla y Majnun; éste último quedo perdidamente enamorado de Layla, hasta el grado de la locura, en todo veía a su amada, a cualquier lugar que volteara, en las nubes, en los árboles, etc., veía a su amada; esta historia a la que hace referencia Mevlana, representa el amor a Dios, Majnu, es el loco de Amor que donde quiera que vuelve su rostro encuentra al Rostro de Allah. Representa aquel enamorado de Allah que se entrega totalmente a Su servicio.¿Podríamos se capaces de ver a Dios en todo? Podríamos percibir a Dios en el firmamento ó en una hormiga, o en nuestros seres queridos, o en aquellos que ni siquiera nos dignamos a voltear a mirar? Quiera Allah limpiar nuestro espejo para mirarLo a través de su creación.

Y continúa Mevlana y señala que “A través del dolor mis días son trabajo y tristeza, Mis días pasan, mano a mano con la angustia. Sin embargo, aunque mis días así se desvanezcan, no importa, ¡Tú permaneces, Oh Incomparable y Puro! Pero aquellos que no son peces pronto se cansan del agua; Y quienes no tienen el pan diario encuentran el día muy largo; Así pues el “Crudo” no comprende el estado del “Maduro”; con ello, nos indica que el sendero hacia Allah, el camino místico, son es de trabajo permanente interior y de angustia porque el Viajero anhela el retorno a la casa celestial de donde proviene. El trabajo interior del Viajero Celeste, es permanente, y a pesar de nadar en el inmenso océano de la soledad divina, y pesar de la fatiga continua de sus trabajos interiores y devocionales, su esfuerzo, meditaciones y alabanzas al Sustentador de todos los mundos, permanece paciente y perseverante, en total confianza en Allah y en alabanza; obteniendo así el pan del Conocimiento y las Bendiciones (Barakah) diario. Dijo el Maestro Jesús (La paz sea con él), en su memorable oración al Padre: “¡Danos el pan nuestro de cada día!”. Ese pan que es la Sustancia del Padre, producto de nuestro amor, entrega y sometimiento a Su Voluntad. Sólo el Viajero Celeste, el Hombre de Dios, el Maduro, comprende el secreto de “Tu eres Mi secreto, Yo Soy tú Misterio”.

Dice Mevlana: “¡Levántate, Oh hijo! ¡Rompe las cadenas y sé libre! ¿Hasta cuándo estarás cautivo de la plata y el oro?” ¡Despierta, oh hermano y hermana, cuánto tiempo quieres estar más sumido en el sueño ilusorio del planeta tierra! ¿Qué acaso no te incomoda estar acostado en el sueño de las ilusiones y deseo del ego? Hasta cuando estarás sumido en las pasiones y deseos desmedíos e insaciables del ego y el sueño de la vida, porque dice Rumi que “Aunque viertas el océano en tu cántaro, Este no puede contener más que la reserva de un día”. ¿Cuál es tu preocupación? Si tú Sustentador, desde que estabas en el reino de las almas, fijo tú destino y tu sustento. Pero somos como un perro insaciable, dice Mevlana que “El cántaro de deseo de los codiciosos nunca se llena, la concha de ostra no se llena con perlas hasta que está contenta”. Recordemos que nada nos pertenece. Observemos nuestros apegos. ¿De qué cosas somos esclavos? Observemos nuestra codicia. ¿Porqué tanta avidez por poseer? Si únicamente se nos dará lo que realmente necesitamos. También recordemos que en el Sagrado Qu’rán Dios nos dice: “Si Allah dispensa el sustento a Sus siervos con largueza, se insolentarían en la tierra. Lo que hace a cambio concederles con mesura lo que quiere” (42,27. La Consulta). Observemos cómo los nafs (los deseos y las bajas pasiones del ego) nunca están conformes, quieren más. El ego es como un perro, que aún acabando de comer su alimento, si ve otra persona comer algo, quiere más, es insaciable. Mevlana nos habla por donde entra ese deseo desmedido y nos dice que “Más la olla del ojo ávido no se sacia nunca”.

Dice Mevlana del Masnavi que “ninguno ha sido lo suficientemente osado como para conocer mis secretos”, pero al mismo tiempo nos da la clave para entender su enseñanza, “para cada uno soy el espejo…;” veamos pues al Masnavi, a la creación y nuestros semejantes como un espejo o astrolabio; observemos cual es el tipo de imagen que vemos ¿Nos gusta esa imagen? También dice Mevlana “¿Cuál es la causa de que el espejo de tú corazón no refulge cosa alguna?: su superficie está llena de hollín?” O bien, ni si quiera podemos ver la imagen, porque el espejo está lleno de hollín del ego, nuestras pasiones y deseos e ilusiones; ó esta es la imagen que proyectamos. ¿Cómo limpiar ese espejo? A través del Recuerdo de Allah (dhikk), la oración, la lectura de los libros sagrados como Al Qur’an Al Karim (El Generoso Corán), el ayuno, la guía de los maestros, la compañía de los hermanos, todo ello son remedios para el corazón enfermo.

Más adelante, dice que “El soplo de esta flauta no es viento, es fuego”…. “es sólo el fuego del amor que habita esta caña”. Quiera Allah que a través del dhikr, que el Aliento Divino (El soplo) encienda la flama del Amor en nuestros corazones, porque para Mevlana el amor es el fuego de la transformación; sólo el Amor puede transformar el hierro en oro, esta es la Alquimia del Amor. Tratemos de hacer todo por y con amor.

Menvlana también nos dice: “solamente a aquel que ha renunciado a los sentidos podemos confiarle este secreto: *no tiene lengua más empeño que una oreja”… y “Aquel que no es pez será muerto por el agua”; aquel que carece del diario pan, encuentra larga la jornada. Vaciemos nuestras copas, meditemos y reflexionemos sobre estas palabras, quiera Allah que Mevlana nos revela su secreto, ¿qué significa? ¿Qué experiencia nos dio? ¿Qué es ser un pez? ¿Qué es el pan?

Mevlana nos habla del amor: “Por Amor un cuerpo asciende hasta los cielos, una montaña danza y se transforma en águila”. Debemos ver al Amor como un crisol, como el fuego de la transformación. Podremos transformar las tendencias negativas de los nafs con Amor y con el Trabajo del Corazón.

Quiera Allah derramar Su Gracia del amor que nos transforme y vacíe esa caña, para que sople Su Aliento y nuestro corazón cante las melodías de Amor.

 

Al final del Proemio, Mevlana nos dice: “Amigos míos: escuchemos esta historia. En verdad ella es la esencia misma de nuestro estado interno”. Debemos reflexionar en relación al Proemio, ¿Cuál es nuestro estado Interno? ¿Un corazón separado, velado, lleno de hollín, de deseos y apegos? ¿Qué más nos dice Mevlana? Asimismo, recordemos a cada historia del Masnavi, una por una, como la esencia misma de nuestro estado interno.

 

Muhammad.