BISMILLAH, AR-RAHMAN, AR-RAHIM
(Carlos Leal Roel)
El Profeta Muhammad — el Inshan al kamil
¡Oh, Muhammad eres una misericordia para todos los mundos!
He tenido por la gracia de Allah la oportunidad de leer repetidas veces la biografía del Profeta Muhammad (La paz y misericordia de Allah sean para él, su familia y sus compañeros – s.a.w.-). En un principio, hace años, cuando no había en español mucha información al respecto y tampoco existía tanta divulgación por medio del Internet, llegue a leer hasta tres veces el libro “Muhammad” de Martin Lings y la colección de Hadices compilados en el libro “El Jardín de los Justos” del Imam Nawawi, así como otras muy breves biografías que repartían las embajadas y algunas asociaciones islámicas del extranjero.
Sin embargo, y a pesar de no contar con información en México, la difusión del Islam en español y el Internet, gracias a Allah, ha tenido un incremento considerable; lo que me ha permitido leer otras biografías más completas, con mayor detalle y más fieles a la tradición, como son “El Néctar sellado”. Biografía del Noble Profeta Muhammad (s.a.w.) del Sheijh Safi-ur-Rahman Al-Mubabarakfuri; “Muhammad el Mensajero de Dios” de Abdurrahman al Shesha y “El Profeta Muhammad” por M. Fethullah Gûlen, y sé que me falta mucho que estudiar sobre la vida y obra del Profeta Muhammad (s.a.w.) y de su Sunna, la ciencia de los Hadices como la colección de Bujari y Malik, que afortunadamente también se encuentran en español.
Pero no obstante, quisiera compartir con los lectores y mi apreciación y conocimiento tan limitado, la visión que tengo del Profeta Muhammad (s.a.w.), como musulmán y seguidor de la tradición sufí mevlevi que pretendo ser.
Muhammad (s.a.w.) no solo es el Profeta (Nabi) y Mensajero de Allah (Rasuallah), es el Maestro y el Camino Recto (siratal-mustaquim) que nos conduce a Allah, la Unidad y Realidad Absoluta. Como Nabi es el sello de la Profecía, con él se concluye el ciclo de la profecía en el que se invita a los hombres al bien (como en el llamado a la oración: “Hayya Al falal” -venid al bien-). Como Rasulallah, Muhammad (s.a.w.) es el Mensajero y Enviado de Allah, que es una misericordia de Allah para todos los mundos, la primera creación de amor y de luz de los universos invisibles y visibles, enviado a través de los reinos creados y del espacio y del tiempo para enseñar y traer a todos los seres creados y a la humanidad el Recuerdo de Allah: el Sagrado Corán; porque sólo el que recuerda Allah recuerda su hogar celestial y el camino de regreso. Como Maestro, nos enseña el camino más recto para llegar en el menor tiempo posible a Allah. De hecho él es el camino, porque su Sunna es el camino y la luz que ilumina ese camino es el Sagrado Corán, el milagro de Dios transmitido y sembrado en Muhammad (s.a.w.).
El Profeta Muhammad (s.a.w) es el Inshan al kamil, el Hombre Perfecto, el modelo a seguir por los que nos decimos musulmanes y sufís, por que es ante todo e independiente de su rango espiritual, un hombre completo y un siervo fiel a Allah. Fue un buen hijo y obediente; un excelente, respetuoso y amoroso marido y padre; un compañero y amigo leal; un trabajador, pastor y comerciante honrado y entregado; religioso y místico de gran rango, un líder religioso y político; político justo y un militar compasivo; hombre entregado a Allah y a Sus obras; entregado y preocupado por el bien espiritual, social y económico de su comunidad y de la humanidad; modelo y ejemplo de carácter y de comportamiento en todos los aspectos de la vida.
Me permitiré hacer referencia algunos de los aspectos de su personalidad, que hacen los biógrafos, los cuales resaltan su estado espiritual y su cercanía con Allah; pido perdón de antemano si omito alguno y si mi apreciación es corta y limitada.
1.- Repartía su tiempo en tres partes, la primera era para Allah; la segunda para su familia y la tercera para si mismo, aunque en el fondo todo lo hacia por amor Allah
2.- Tenía un intelecto destacable.
3.- Hacía todas las cosas en el Nombre de Dios.
4.- Era sincero.
5.- Tenía buena moral, ética y compañerismo (Sus modales eran el Sagrado Corán).
6.- Era amable y tenía buenos modales.
7.- Mostraba amor por la reforma y la reconciliación.
8.- Ordenaba hacer el bien y prohibía hacer el mal.
9.- Amaba la purificación; decía: “No me gusta mencionar el Nombre de Dios cuando no estoy en estado de pureza”.
10.- Cuidaba sus palabras.
11.- Destacaba en sus actos de adoración.
12.- Mostraba tolerancia y bondad.
13.- Tenía buen aspecto físico y cuidaba su limpieza.
14.- No era ostentoso, si no humilde.
15.- Era Altruista, no negaba nada a nadie si lo que le pedían no iba contra Dios.
16.- Tenía una Fe firme y una entrega total a Allah.
17.- Era bondadoso y compasivo.
18.- Tenía un temor a Dios y cuidado de no traspasar Sus límites. Era devoto.
19.- Buscaba siempre la simplificación y facilidad.
20.- Era generoso y hospitalario.
21.- Tenía un espíritu cooperativo, ayudaba a todos los miembros de su familia y a su comunidad.
22.- Era honesto en todo. Mostraba siempre honestidad y lealtad.
23.- Honraba y cumplía los límites establecidos por Allah.
24.- Mostraba valentía y coraje en los asuntos que lo requerían.
25.- Mostraba timidez y modestia.
26.- Era humilde.
27.- Era perseverante y paciente.
28.- Mostraba justicia y equidad en todos los asuntos.
29.- Temía a Dios y siempre era consciente de El.
30.- Estaba contento con lo que poseía y tenía una riqueza de corazón.
31.- Tenía deseos bondad hasta con sus enemigos.
32.- Mantenía una relación cercana con sus compañeros, a los cuales también consultaba cuando era necesario.
33.- Visitaba a los enfermos.
34.- Era agradecido con Dios.
35.- Era agradecido con la bondad de la gente.
36.- Recompensaba generosamente.
37.- Era desprendido de los bienes materiales y del mundo. Decía que él “estaba en el mundo como extranjero a la sombra de un árbol, del cual se levanta y se va”.
38.- Amaba ayudar a otros.
39.- No esperaba que le sirvieran, él se servía a si mismo. Ayudaba en las labores del hogar.
40.- Tuvo una vida intachable.
41.- Era digno de confianza.
Quisiera terminar con estas palabras.
¡Oh Muhammad que la misericordia de Allah esté siempre contigo! Si no fuera por ti, Allah no habría hecho descender el Sagrado Corán, que es cura para todas enfermedades, sobre todo las del corazón y es un bálsamo para los que sufren.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Cúbrenos con tú manto verde y reconócenos como parte de tú comunidad, para que seamos considerados en Día del Reconocimiento.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Permítenos como Abu Bakú (la paz sea con él) ser compañeros tuyos dentro de la cueva de tú corazón y bajo la protección de tú amor.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Permítenos formar parte de tú círculo del Recuerdo, para ser coparticipes del círculo celestial donde Allah recuerda a los que Le Recuerdan.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Que la luz de tú corazón ilumine nuestros corazones para que por tú intersección se abran nuestros corazones a la Luz y Conocimiento del Sagrado Corán que es la Luz y Conocimiento Divino.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Tómanos de tú mano para que juntos realicemos la circunvalación de la Santa cava y se nos permite girar en amor en torno a la Luz de Allah.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Eres la joya de la creación, el amado de Allah, por ti los demás profetas y enviados alcanzaron la cercanía del Rostro de Allah y tú eres le imam en las oraciones de los profetas, enviados y mensajeros y maestros.
¡Oh Muhammad! que la Misericordia de Allah esté siempre contigo! Que excelente amigo y compañero eres en el camino, luz en la oscuridad y guía para los invidentes del corazón.
Alabado sea Allah, Señor y Sustentador de los mundos. Las gracias sean dadas a Allah – El Altísimo – por Muhammad, el alabado y digno de confianza, misericordia de Allah para todos los mundos.
Wa salamu Aleykum wa ramatuallahi wa barakatu
Muhammad Leal Roel