¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos?

BISMILLAH, AR-RAHMAN, AR-RAHIM

(Carlos Leal Roel)

 

“¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos?”

 

En el Nombre de Dios, el más Clementísimo, el más Misericordioso, El Señor y Sustentador de todos los mundos visibles invisibles. Todo el Poder, la Gloria y la Fuerza pertenecen sólo a El Pido permiso a Dios y de uds. estimados lectores, nuevamente para escribir con mi pobre conocimiento y limitada compresión sobre la Grandeza de Dios El Altísimo.

 

¡Oh tú corazón lastimado! ¡Oh tú corazón que sufres por el espejismo de la separación! “¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos?” ¿Oh corazón cual es el origen de tu sufrimiento? Es el ser egoísta que no se contenta con lo que el Sustentador le provee. La causa fundamental de todo sufrimiento es tú estómago insaciable, el saco del egoísmo, que desea más y más cada vez en todos los planos, no tiene llenadero, almacena bienes, posee y controlar a las personas; si tiene un auto, quiere dos; si tiene un par de zapatos, quiere llenar su ropero con una decena de ellos y así también pasa con el seudo esoterismo, nos allegamos de información y asistimos a cuanto taller o conferencia nos ofrece el mercado en nuestra gula egoísta insaciable por el seudo conocimiento, con la esperanza de llenar nuestro corazón vacío, volviéndonos más pesados para poder emprender el vuelo, llenos de tantas cosas, objetos, personas, deseos y preocupaciones, que no hay espacio para lo más importante: Allah/Dios. ¡Oh corazón vacío! ¿Hasta cuando dejarás de tratar de beberte todo el océano? ¡Que acaso no sabes que solo a Allah es suficiente para sus siervos!

Si realmente los buscadores de la Verdad, los que siguen una tradición auténtica, tuvieran como única meta a Dios, se nos contestarían todas nuestras preguntas con el verso coránico: “¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos?”. Entonces, ¿No deberíamos dejar que el actúe en nosotros?, en vez de tanta ambición por tener o saber. Debemos ser como la rosa, abrirnos a Su Misericordia y esperar que el rocío resplandeciente de Allah nos nutra.

 

Venimos a este mundo y olvidamos al descender en estos cuerpos el propósito de nuestro descenso. En una tradición islámica y por supuesto en el sufismo que deviene de la primera, conocida como el Pacto Original, se nos dice que todas las almas se encontraban reunidas en le paraíso y Dios les preguntó: “¿Acaso no Soy Yo tu Señor?” y todas las almas contestaron al unísono “Sí” y Dios les replicó: “PruébameLo”. Entonces las almas descendieron del Malakut, el mundo invisible, de las almas y de las inteligencias, al Mulk, al mundo fenoménico, de las formas y apariencias, para demostrar su amor por su Sustentador. La vida es una prueba, la prueba de amor hacia Dios. Y por cierto, el Sagrado y Generoso Corán nos dice. “Se te probará con la pérdida de tu hacienda, de tus hijos y con la enfermedad”.

 

La tradición del Profeta (LPyB: La paz y bendiciones de Allah sean sobre él) dice que Dios dijo: “Yo era un tesoro escondido y quise ser conocido, por eso hice mi creación”. Entonces fuimos creados para que a través de nosotros El Se conociera. El Profeta (LPy B) dijo: “Conócete a ti mismo y conocerás a tu Señor”. Por lo tanto, nuestro verdadero trabajo o misión en esta vida es conocer a Dios a través de nosotros, es convertirnos en una epifanía divina. Pero nuestras vidas transcurren en poseer y hacer un sin número de cosas que se nos olvida nuestro pacto original: “¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos?”.

 

Mevlana Rumi dice en su Libro el Fihi Ma Fihi (En esto esta lo que esta en eso) lo siguiente: “Una persona comentó: Hay algo que se me ha olvidado. En el mundo, dijo el Mevlana, solo hay una cosa que no se te debe olvidarse. Si uno olvida todo lo demás pero no se olvida de esto, no tiene porque preocuparse. Si uno recordase e hiciere todo lo demás pero olvidará esto, no habría hecho nada en absoluto. Es igual que si un rey te hubiera enviado aun país a cumplir una misión determinada; vas y realizas cientos de tareas, pero no aquella especifica que se te encargo; es como si no hubieras hecho nada en absoluto. De modo similar, el ser humano ha venido a este mundo para efectuar una tarea determinada y ese es su propósito”.

 

¡Oh hermanos! Porque tanto afanes y tanto dolores y preocupaciones. Recuerden a las aves en el amanecer, cantan en alabanzas a su Creador, con la confianza que tiene asegurado su sustento necesario. Nuestros trabajos y actos deberían ser actos de alabanza y amor. Nuestro corazón debería recordar que a donde quiera que nos volvamos está el Rostro de Dios y que cualquier lugar que pisemos es tierra santa. ¡Oh peregrino! Hasta cuanto tiempo estarás sumergido en el mundo de las ilusiones y los fantasmas. Acuérdate a que viniste a este mundo. ¡Despierta! ¡Regresa a tu hogar!

 

“Oh tu, alma sosegada! Vuelve hacia tu Señor!

Complacida, alegre y satisfecha de Su Complacencia.

Entra pues, entre Mis siervos,

Sí, entra a Mi Paraíso.”

 Sagrado Corán, Sura 89, E l Alba.aleyas 2 7y 28.

 

Alegre, satisfecha y complacida, nos dice el Sagrado Corán, porque la satisfacción solo se logra con el estado de contentamiento en Dios (tawwakul Allah) que es una Gracia Divina, contentamiento con lo que somos y tenemos, porque lo más importante y nuestro único deseo es Dios…..Entonces el sosiego y la alegría residen en el corazón, es el paraíso en la tierra, por “¿Qué acaso no es Allah suficiente para sus siervos” (S. Corán 39, Los Grupos. Aleya 36)….”Di: Allah me basta, en El se abandona los que confían” (S. Corán 39, Los Grupos. Aleya 38).

 

Finalmente, recordemos cuando no sintamos desolados lo que Dios nos dice en el Sagrado Corán: “El es quien hace descender la lluvia cuando los hombres ya han perdido la esperanza y reparte Su Misericordia extensa, pues El es el Protector digno de Alabanza” (S. Corán 42, La Consulta. Aleya 28).

 

Wa salamu Aleykum wa ramatuallahi wa barakatu

Muhammad Leal Roel